lunes, 28 de abril de 2008

La última cena



Mierda, qué está pasando? Esto es muy chungo. Se está complicando la cosa. Analicemos: F está tosiendo como un tuberculoso. Joder, no para. Lleva ya 5 minutos seguidos y suena verdaderamente mal. Una tos ronca de esas que parece que en cualquier momento va a echar por la boca un trozo de hígado o de pulmón o yo qué sé. P no para de reírse, balanceándose de un lado para otro, repitiendo sin parar que estamos todos fatal. Menos ella, claro. Pero se le está quedando cara de ‘joker’. Tiene un ataque de risa histérica incontrolada. Se le va a desencajar la mandíbula. Dónde se ha metido Y? hace rato que no la veo. Ah, sí, se fue al baño. A vomitar? Algo le habrá sentado mal. Creo que ha dicho antes que el postre estaba malo. Pero lleva mucho rato. No sé. Y yo, coño, me estoy ahogando con esta puta tortita. Se ha hecho una pasta dentro de mi boca y no consigo que pase por la garganta. Mastico y mastico y nada, ni pasa, ni se deshace. Me están empezando a entras los sudores de la muerte. He bebido agua y ha sido peor. Era como cuando haces el cemento. A ver si me voy a ahogar de verdad.
Dios, esto puede ser una tragedia. Dentro de unos días, cuando alguien nos eche de menos, vendrán, tirarán la puerta abajo y se encontrarán con un panorama surrealista e histriónico. Este, sentado y apoyado en la mesa, muerto de la tos, con las vísceras por los suelos escupidas por la boca ensangrentada. La otra, muerta de un ataque de risa, con la sonrisa de oreja a oreja, literalmente. Reclinada en una silla, la mandíbula partida y colgando hasta pegar con el pecho. La del baño, con la cabeza metida en la taza y las piernas abiertas y estiradas con señales en el suelo de haber pataleado. Quizá resbaló mientras vomitaba y su cuello fue a parar al canto de la taza de baño. Y yo, tirado en el suelo, con la garganta hinchada y deformando exageradamente mi cuello, mis ojos saliéndose de sus orbitas y la lengua fuera, intentando escapar de aquel desastre.
Ya me veo en los telediarios: “la última cena, infortunio o masacre? Cuatro amigos encontrados muertos mientras cenaban. No se saben aún las causas, si se trata de algún ritual, un asesino en serie o un cúmulo de casualidades fatales. Se sigue investigando…”

jueves, 24 de abril de 2008

Quién es el héroe?

Iba yo corriendo ayer por un monte –‘arf’ que te ‘arf’– porque había visto un castillo en lo alto y quise llegar hasta allí. Así que me dispuse a la aventura, sin saber ni lo más mínimo cómo se subía. Después de perderme varias veces, un montón de magulladuras en mis piernas y algún que otro intento de abandono, llegué hasta una zona de bosque cerrado en el que no se oía prácticamente nada. Ni bichitos, ni pajaritos, ni na. Como era difícil incluso andar, apartaba como podía los arbustos para hacerme camino. La sorpresa fue cuando al quitar uno de esos matojos descubrí una cueva. Y ya se sabe, el monte y las cuevas tienen algo de misterioso, por lo menos en cuentos y películas. No sabía a qué hora volvería de correr, por eso llevaba mi linternita de cabeza, así que me la puse y me interné en el fantástico mundo cuevil. O eso esperaba yo. La cosa es que a los dos minutos ya estaba pensando dónde coño me estaba metiendo. Tiene la casualidad estas cosas que cuando me di la vuelta escuché un sonido a mi espalda que me dejó helado, congelado, petrificado y con los pelos como un cepillo de púas. Fue una especie de ronquido, resoplido, tos, no sé muy bien. La curiosidad mató al gato dicen, pero, quién puede resistirse?. Me volví. Seguí con la vista una pequeña nubecilla de humo que había salido no sé de dónde. Y el fondo se movía.




‘Hola?’ dije, ‘hay alguien ahí?’ esperando que lo que había fuese humano.
‘Vete de aquí’ me dijo. ‘Déjame en paz’
Una vez que escuché una voz cálida, aunque resentida, intenté acercarme, por si podía ayudar. Estás bien? Qué haces aquí?’
‘Me escondo’, me dijo triste.
‘Por qué?’, le pregunté yo inocentemente.
‘No sabes qué día es hoy?’
‘Pues… no caigo’
‘Es San Jorge’
‘Ya, y?’
‘Para ti no será nada, pero para mí es el peor día del año. Cada año lo mismo, tengo que venir aquí y esconderme hasta mañana. Hasta que se les pase la tontería. Y digo yo, si a todo el mundo le regalan un libro y una rosa, se supone que es un día de alegría, de cultura y de celebración, por qué a mi me tienen amargado todos los años? Que si te clavo la lanza, que si te pego, que si te mato. Coño, qué estrés.


Está bien, soy un DRAGÓN, y qué?

Un bicho mitológico como yo, que he llenado páginas y páginas de libros, protagonista en mil historias, no puedo ser siempre el malo. Que no! Que me niego! Todo porque llegó el espabilado de turno y se quiso hacer el héroe, para impresionar a las damiselas del lugar. Todo chulito él, con su armadura reluciente y su grácil corcel blanco. Y no podía haber elegido a otro? Con lo tranquilito que estaba yo, con mis barbacoas.’



El pobre Dragón estuvo contándome sus penurias durante horas. Hacía mucho tiempo que no hablaba con nadie y se desquitó. El caso es que me pareció buen chico, agradable y sincero.
Me fui a casa por dónde había venido, creo, y me puse a leer el libro nuevo que compré por la mañana. En fin, la vida es injusta. Mañana será otro día, espero que mejor para todos.

martes, 22 de abril de 2008

Decisión

Coño, y ahora qué hago? Será posible, este tío siempre buscándome las cosquillas. Por qué no me deja en paz un rato? Pues se va a cagar. Está claro que no tiene nada, sólo es un fanfarrón. Me revuelvo y le meto. Joder, y si tiene razón? Del viaje que me da me deja temblando y ya no me recupero. Mira, que sea lo que tenga que ser, tampoco se va a acabar el mundo. El caso es que lleva toda la tarde de vacile y tengo unas ganas de pillarle... Pero ha estado cerca de tumbarme. Esa sonrisa de chulito, que se cree el rey del mundo, me tiene frito. Me caguen la leche, me lo cargo. Encima se cree que me tiene acojonado, y está disfrutando. Será cabrón. Este tío lo que ha tenido es suerte hasta ahora y nadie se lo ha pulido. Pero ahora te tengo, lo estoy viendo claro. No sé, no sé. Bueno, me da igual, con dos cojones, a ver qué pasa.

- “envido más”













Difícil juego este del mus.

El rey tiene la clave.











(decisiones tomamos todos los días, pero hay algunas que parece que nos va la vida en ello y otras, sin embargo, cruciales para nuestro devenir, las tomamos demasiado a la ligera)

domingo, 20 de abril de 2008

Otro día más

Otro día más me despierto. No sé qué hora es, ni que día, ni siquiera dónde estoy. Espero que hoy sea el día…
Intento desperezarme, pero mis brazos no dan para mucho, están atrofiados de tanto estar encogidos, así que hago un esfuerzo que parte de mis riñones subiendo por la espalda. Iiiiiiiiiiiiiiaaa.
Frotándome los ojos para poder abrirlos, descubro que un líquido viscoso y pegajoso los recubre, al igual que a toda mi cara. El resto del cuerpo también resbala en él, dándome una sensación espacial de gravedad cero. Cierto, ya no me acordaba.
Y cuando consigo abrir los ojos… maldita sea, aún sigo aquí. Otro día más. Encerrado en este huevo.



Ya no sé cuánto tiempo llevo aquí. Sin poder salir. Sé que hay un mundo ahí fuera, esperándome, y estoy impaciente, ansioso… por volver. He estado allí, lo sé, aunque casi no me acuerdo. Pero sé que me gustaba. Su olor, su esencia, su calor, su alboroto, su inestabilidad incluso, que me hacía sentir vivo, en movimiento.
Pero hace tiempo de eso, creo. Tengo imágenes borrosas de risas y llantos, amores y odios, peleas y reconciliaciones, amigos y enemigos. Todas ellas fundidas en una misma cosa, en un mismo lugar. Un lugar mágico en el que se mezcla lo real y lo imaginario. Lleno de emociones y, a veces, sorpresas. En el que despedía el día echando un telón sobre mis ojos. Y dormía abrazado a una sonrisa.
Cuánto tiempo aguantaré aquí encerrado? Me ahogo, me amohíno, me desespero. Y ni siquiera puedo pegar un puñetazo para romper el cascarón.
Y si me muevo? Ya está, me agitaré hasta que empiece a rodar. Así alguien se dará cuenta que estoy aquí metido… y vendrá a sacarme!!! Vale, me estoy moviendo. Esto empieza a balancearse. Un poco más. Mierda, no es suficiente. No consigo rodar. Puede que alguien me haya visto y se haya acercado. Hola! Hola! Hay alguien? Me oye alguien? Estoy aquí dentro, en el huevo! Necesito ayuda! Quiero salir! Me oís? Quiero salir! Necesito salir!
No hay nadie, nadie me escucha, hoy no me ayudarán tampoco. Estoy cansado y dolorido. Tengo sueño, dormiré un poco. Mañana lo intentaré otra vez. Otro día más.

viernes, 18 de abril de 2008

Hoy podíamos...

-Oye
-Qué?
-Podíamos apagar esto hoy?
-El qué?
-El ordenador
-Vale

(...)

- Y qué hacemos?

(...)

- Querernos.

(...)

- Uf.

(...)

- Vale.

martes, 15 de abril de 2008

De mayor quiero ser...

A los 4 años quería ser bombero








A los 8 años quería ser torero



A los 12 años quería ser
futbolista
A los 17 años quería ser periodista

A los 22 años quería ser joven y loco









A los 29 años quería ser actor









A los 36...



A los 36 apago fuegos en mis sartenes

toreo a todo aquel que viene con malas intenciones

juego al fútbol pachanguitas por unas cervezas

escribo en un blog con más o menos fortuna

voy con un grupo de jóvenes y alocados

y actúo frente al espejo del baño




A los 36... quiero ser YO, simplemente






A los 37, ya veremos.

domingo, 13 de abril de 2008

Puro teatro... o no

Acabo de comenzar mi comedia en este escenario virtual. El guión que busco es en el que haya 'amigos' a los que les guste este arte, unas veces real y otras no, que es el TEATRO.

Hace poco fue el día mundial del Teatro, algo que suena muy bien pero que debería traspasar algo más de lo que los telediarios nos cuentan. Debería llevarnos a todos a vivirlo más, encima o debajo del escenario. Pero siempre llega la misma palabra: 'CRISIS' Por qué siempre hay crisis? por qué siempre decimos que hay crisis? realmente la hay? nunca he conocido un tiempo en el que no se diga que la hay, tanto en el teatro como en lo demás (digase cine, economía, educación, yo que sé...) Este país es así. Nos gusta quejarnos y si podemos hacerlo de los demás, mejor. Pero deberíamos mirar hacia dentro. Qué es lo que realmente hacemos para estar así? He visto muchos espectáculos y los hay muy buenos, pero también los hay que no dan la talla. Se hacen cosas que se podrían mejorar mucho y si tengo que ir al teatro a disfrutar de un espectáculo, espero que me de algo que poder llevarme a casa. No sé cuál es la causa que nos lleva a esto (aunque pienso en algunas, como instituciones y, sobre todo, subvenciones)


Hagamos un teatro sincero, 'real', trabajado, un TEATRO del que enamorarse.

sábado, 12 de abril de 2008

Correr la vida

Acabo de venir de la fisioterapeuta. Parece buena chica pero me acuerdo de toda su familia cuando estoy con ella. Y encima debe de ser bueno. Debe de serlo porque me recupera de mis dolores. Ojalá todos fueran igual de 'fáciles' de quitar. Estos me los produzco yo mismo. Por alguna razón me gusta correr. Me voy por ahí y mi cabeza se libera. Algunos piensan que correr es aburrido, tan sólo y sin hacer nada más. Me gusta correr solo. Parece que tienes tiempo (demasiado) para pensar y darle vueltas a la cabeza, pero me relaja hacerlo mientras corro. Y es cierto que piensas, pero no sé si el movimiento de mi cuerpo me impide darle mucha importancia a cualquier cosa que no sean mis pies. Es posible que mis endorfinas liberadas alegren mi mente y mi cuerpo y me hagan un poco más feliz, más positivo. Eso es lo que necesito. Pero por desgracia hoy estoy destrozado, ya se sabe, la fisio. Tendré que buscarme otros medios. Algo encontraré.

jueves, 10 de abril de 2008

Tan sólo quiero uno

Una tarde más. Un día más. Uno igual a los demás. Quizá hoy suceda algo. Y espero. Un cigarro. Otro. Espero. Debería dejarlo, sí. Un día de estos. El teléfono no suena y el televisor está apagado. Hoy me acompaña la conversación radiofónica en la se cuentan sus vidas y sus sueños, sus proyectos, sus cosas. Me las imagino y las vivo con ellos, por ellos. Nadie me llama. Hoy hace un buen día para tomar un café, sí. Lo único que tengo a mi lado es el ordenador. No me gusta mucho esa manera de definirlo, demasiado imperativo. Bueno, echaré un vistazo, a ver que encuentro hoy, aunque sé que voy a mirar las mismas cosas que todos los días, las mismas páginas que ayer, las mismas fotos que antesdeayer. Y lo hago, claro. Y me canso, normal. Es hora de buscar algo que me alegre el día. Con qué poco me conformo y sin embargo, es tan difícil. Voy directo a mi correo, esperando encontrarlo.
Tan solo quiero uno. Uno que me diga algo, uno que no contenga ni fotos, ni videos, ni presentaciones, ni otras cosas que te envía alguien que se lo envió un conocido que tiene un primo que le enviaron unos ‘muy graciosos’. Nadie dice simplemente ‘hola’, ‘cómo estás’… nadie cuenta nada interesante ni te preguntan nada. Nada.
Tan sólo quiero uno, uno que me alegre el día, que me diga que alguien se ha acordado de mí, un poquito. Sólo eso.