miércoles, 24 de septiembre de 2008

A las 12, sin más...



Me siento en un café. Aparco mi casco en una silla junto a mí y observo a la gente. Es una terraza céntrica, llena de movimiento. Gente con prisa que llega tarde, gente tranquila que va de compras, gente de paseo visitando la ciudad. Todo tipo de gente a mi alrededor. Me he pedido un té y como no sé dónde tengo la cabeza, he seguido echando hasta darme cuenta que rebosaba en la taza y caía al plato. El remedio apresurado no es mejor, ya que bebo para rebajarlo y quemo mi lengua inocente, por culpa de mi mente dispersa. Se acabó mi reposo. Detrás de mí se sienta un grupo de alemanes bulliciosos. Ríen y gritan, incluso cantan. A las 12 de la mañana? Se ha puesto a llover, otra vez. Pero la gente continúa pasando. Siempre me digo que tengo que coger mi cámara para retratar todos esos personajes que circulan por este gran teatro. Tan curiosos, tan diferentes. Me gusta ver pasar la gente, imaginar sus historias cotidianas, dónde van, qué piensan, por qué se han puesto hoy ese vestido...La mañana pasa ante mis ojos y sigo sin hacer nada. Pediré otro té, aún me quema la lengua. Sobre mi libreta garabateo estas rápidas y deformes palabras, con letra rápida, pequeña y prácticamente ilegible. Qué tiene de especial el día de hoy para que lo escriba? nada. Tal vez por eso lo haga. No quiero que pase nada especial. Quiero ver que pasan los días, sin más, con tranquilidad y relajo. Si no fuera por los alemanes... Menos mal que a veces ni los oigo, inmerso en mis pensamientos.


Un problema agita el móvil de aquel hombre en un balcón. Una escayola pasea despacio a la mujer del pelo rojo con muleta. Dos chubasqueros de plástico andantes deslumbran fosforitos. Unos ricitos de oro pugnan con su padre por salir corriendo entre sollozos. Un pobre 'croasán' relleno es devorado ferozmente en inglés.


Llevo 3 horas sin sonreír. Sólo de pensarlo brota en mi boca una de ellas, pequeña y coqueta.


He de volver a casa. Y sigue lloviendo. Tal vez la lluvia y el viento arranquen de mí algo de mi suciedad, dejándola tras de mí, esparcida en la carretera. Quiero llegar a casa, otra vez con la sonrisa puesta.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Chás y aparezco aquí al lado...



A ver, qué está pasando aquí?




os dejo un momento a solas...




y os vais de vacaciones?








Qué bien habéis hecho...




porque si os hubieseis quedado,




mi mundo se os hubiese desplomado encima.




Es lo que tienen las reformas,




nunca sabes cómo acabarán,




ni , por su puesto, cuándo...








Pero es un nuevo día...




y necesito volver a correr.




Hoy pongo mis tentáculos en marcha.




Miro delante y veo el camino...




tomo aire, aprieto mis músculos...




y allá voy,




que sea lo que quiera...